lunes, 13 de diciembre de 2010

De paseo por la creatividad

Desde hace muchos años y desde diferentes Entidades, ONGs y Asociaciones, se vienen utilizando todas las variantes del Arte, como medios de expresión, inclusión, integración, terapéuticos  y de cohesión social en diferentes sectores de la sociedad.
Hoy más que nunca la utilización de estos recursos es una realidad, os propongo un paseo por estas alternativas que del Arte derivan y que podemos encontrar y utilizar como Educadores en potencia que somos.

Empecemos por...

¡EL TEATRO!














El teatro constituye, entre otras muchas cosas, un fiel reflejo de la cultura, así ha sido en todas las épocas. Al ser un fenómeno cultural, se encuentra lógicamente condicionado por ella. De esta forma, el teatro es concebido por el público como una experiencia enriquecedora además de entretenida, en resumidas cuentas, como una experiencia educativa de aprendizaje. La mayoría de las veces este aprendizaje es de tipo social.

Sin embargo, si nos limitamos a participar como espectadores, nos quedamos en la superficie del complejo mundo de las relaciones humanas de todo tipo y los conflictos de toda clase que las determinan, muy lejos de poder entenderlas y entendernos a nosotros mismos.

La práctica teatral nos ayuda a entender e interpretar la realidad con mayor claridad y a establecer una más fácil relación con ella, con uno mismo y los demás con todas las diferencias. Estimula el sentimiento social, nos desinhibe, estimula la espontaneidad, la creatividad y el sentido del humor y nos sensibiliza con respecto al medio. Nos permite además vivir y analizar situaciones y hechos que de otro modo nos pasarían inadvertidos, creando un ambiente enriquecedor desde el que emular, observar y entender la realidad en sus múltiples perspectivas. Como recurso metodológico y didáctico nos ofrece la posibilidad de trasmitir habilidades sociales y valores necesarios para desenvolvernos con normalidad en los diferentes contextos sociales, asumiendo distintos roles ajustados a cada situación. Para ello partimos del conocimiento de la principal herramienta expresiva, uno mismo y su mecanismo, el cuerpo en pausa y en movimiento, los gestos, los sentimientos y emociones y la voz y el lenguaje. E investigamos las posibilidades expresivas de todo ello en interacción y en relación con el medio físico y social y sus elementos. Una idea más ajustada de nosotros mismos nos ofrece la posibilidad por otra parte de descubrir cuales son nuestras cualidades específicas, habilidades, carencias y necesidades. Por último pero no menos importante, la práctica teatral suele ser algo muy, muy, muy divertido y emocionante.

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